VENTA AMBULATORIA DE CHIPS MÓVILES REACTIVA EXPOSICIÓN DE USUARIOS A ESTAFAS, ROBOS Y CONTAGIO DE CORONAVIRUS

venta ambulatoria de chips

Transgrediendo los protocolos sanitarios de distanciamiento social y las normas de OSIPTEL y la Policía Nacional, empresas de telecomunicaciones han reactivado la venta ambulatoria de chips de telefonía celular e internet, exponiendo a miles de usuarios a robos, estafas, el sicariato y ahora también, a contagiarse del coronavirus.  Así, se han detectado a estos vendedores en las inmediaciones de las Galerías Nuevo Mundo o en la Av. Lima, en Camaná, entre otros puntos.

El OSIPTEL y el Ministerio del Interior deben tomar cartas en el asunto, considerando que, de acuerdo a informaciones de la propia Policía, en las últimas semanas de cuarentena se han incrementado los delitos informáticos, robos financieros, así como el “raqueteo” y el “reglaje”, entre otros motivos por la suplantación de identidades y robos de datos personales.  

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Hay que recordar que el 26 de noviembre de 2019, el OSIPTEL prohibió la venta ambulatoria de chips y equipos de telefonía celular e internet. Y a pesar de la oposición de las empresas, finalmente el regulador inició procesos sancionadores, que han derivado en multas por más de un millón de soles para las cuatro operadoras. Previamente, el 4 de abril de 2019, el Ministerio del Interior publicó el Decreto Supremo N° 007-2019/Mininter que reglamenta del Decreto Legislativo N° 1338 que dispone acciones contra la venta ilegal de equipos de telefonía., exhortando a la implementación de tecnología biométricas pero dentro de los centros de atención de las empresas.

Mercado negro de identidades

La venta ambulatoria de chips de telefonía e internet ha creado un mercado negro de identidades biométricas falsas que sirven, entre otras cosas, para que un tercero haga el uso de un servicio y lo pague el usuario al que le clonaron la huella biométrica y el DNI.  De esta manera, se facilita el aumento de la delincuencia en tiempos de pandemia mediante estas modalidades delictivas.

Un usuario al adquirir o hacer una portabilidad de su número telefónico tiene que realizar la verificación biométrica, es decir el registro de su huella digital, la que es tomada por el vendedor ambulante. Es en este proceso, los delincuentes se infiltran entre los vendedores ambulantes y “roban” la identidad para comprar chips, los que son utilizados en estafas, extorsiones, asaltos o, peor aún en crímenes más graves como asesinatos por encargo. 

Hoy, tras el fin de la cuarentena, lamentablemente la venta ambulatoria de chips se ha retomado, exponiendo a los usuarios a la inseguridad y su salud, pues se ha podido constatar que el proceso de venta no cumple con los protocolos sanitarios implementados para evitar el contagio de la COVID-19. Por ejemplo, en Lima debido a su densidad demográfica y nivel de contagio, es el foco de esta modalidad de práctica ilícita de venta de chips ambulatorios.

En el actual contexto de emergencia sanitaria, urge que este tipo de procesos de venta o portabilidad de líneas y equipos de telecomunicaciones se realicen en un establecimiento que cumplan con los debidos protocolos de distanciamiento social y uso de mascarillas y otros medios de protección. Asimismo, es muy importante que los gobiernos locales y regionales sumen esfuerzos para contrarrestar esta situación ante la ola de crecimientos identificada. 

Según José García Chao, Director de la ONG Contribuyente por respeto, la venta ilegal de chips está generando dos escenarios, por un lado, se transgreden los protocolos sanitarios para hacer frente al COVID- 19 y por el otro es la suplantación de las identidades de las personas. Por ello, recomendó que los ciudadanos deben tomar conciencia del alto riesgo de este proceder por lo que recomendó buscar los canales formales de las operadoras para adquirir los servicios. 

En ese sentido, urge que tanto el Osiptel como el Ministerio del Interior tomen cartas en el asunto sancionando a las empresas que incumplan con la prohibición de venta ambulatoria, no solo por el riesgo de inseguridad ciudadana, sino por el riesgo de constituirse en una fuente de contagio.



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